La mansión Ryddle era conocida como la mansión más antigua de la antigua ciudad de Hangleton. El día en que el pueblo supo sobre el asesinato de los Ryddle, todos sospecharon de Frank. Pero tras la autopsia de los cuerpos de los Ryddle, y confirmar que no había rastro alguno de posible asesinato, se supuso que había sido muerte del organismo. En realidad, esta fue causada por el hechizo realizado por lord Voldemort, Avada Kedavra. Sin embargo, Frank continuó trabajando en la mansión Ryddle, bajo el sueldo de su nuevo propietario que no habitaba en ésta, por temor a que mantuviera alguna maldición. Por este motivo, la misma noche en la que se desarrolla el capítulo dos, Frank observó luces en la casa, aparentemente provenientes de lámparas. Pero luego se comprobó que provenían de la chimenea detrás del sillón de Voldemort.
"La cicatriz" es el título del segundo capítulo de Harry Potter y el cáliz de fuego. Debido al sueño de Harry, en el verano junto a los Dursley. Este sueño reproducía el existente presente del momento en que Harry dormía. Esto se puede comprobar al final de la novela, y además por la razón de que Harry sintió su agudo dolor en la cicatriz de su frente. Soñó que Voldemort conversaba con Colagusano sobre el asesinato de Bertha Jorkins (integrante del Ministerio de Magia). También decidían el momento oportuno para asesinar a Harry James Potter.
Una vez finalizada la conversación, el Señor Oscuro, lord Voldemort, su serpiente Nagini observó el otro lado de la puerta donde se encontraba Frank. El mismo Voldemort, descendiente de Salazar Slytherin, dominaba el idioma pársel. Así Nagini informó a Voldemort sobre Frank, quien fue asesinado esa misma noche por la maldición Avada Kedavra. Hacia Harry Potter y el misterio del príncipe, Dumbledore cuenta a Harry que quizá Voldemort se valió de ese asesinato para convertir a Nagini en un Horrocrux.
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